Aquí estoy - esperando. Que pase algo, que podamos salir del hostel. Que podamos hacer algo. No importa que, solo quiero hacer ALGO. Estoy harta de quedarme aquí. Quiero salir. Quiero ir afuera, ver algo, aprender algo, hacer algo. Preferiblemente algo importante. Quiero tener un impacto. Pero no puedo, es peligroso: ¡contacto, contacto!

Quiero usar mi tiempo en una manera positiva, activa, una manera ÚTIL – ¡ya! Y aquí estamos, en cuarentena. Aburridos. Frustrados. Decepcionados. Y ahí está Hermann, diciéndonos que no valoramos bastante nuestro tiempo. Que no lo usamos bien. Y lo sabemos. Sabemos que no es muy útil, lo que hacemos. Pero no queremos aprender español por app y navegar por la web, buscando información en vez de hacer acciones, solo para estar ocupados.

Queremos hacer algo más activo, más grande, más costarricense.

Estamos aquí porque tenemos un sueño - como dijo Martin Luther King y como ayer dijo Miguel. Pero nuestro sueño no es de aprender que hacer cuando no hay nada que hacer. Es de ir al selva, mirarla y practicar con machetes. Pero aquí estamos, pasando todo el día preguntándonos cuándo.

Estoy aquí sintiendo que el tiempo está corriendo. Que estamos aquí encerrados, paralizados. Que el tiempo está cayendo como arena fuera mis manos. Y que no puedo hacer nada para pararlo.

Y por eso estoy aquí sentando, preparando un artículo aburrido sin contenido.